(Es
una cadena montañosa entre Cantabria y Palencia)
(Siempre
que regresas a la montaña encuentras algo diferente e interesante por pequeño
que sea)
“Sensaciones en la cima”
21 de julio 2013
- La travesía no es complicada, pero se requiere una
preparación de montaña, ya que dura siete horas y hay algunos pasos con alguna pequeña dificultad. Nos lleva un autobús
al pueblo de Piedrasluengas y nos recoge
en el Golobar
·
Pueblo de Piedrasluengas
·
Pico Peñalabra
2.017 m
·
Pico Tres Mares
2.176 m.
·
Collado de los
Asnos
·
Pico Cuchillón o
Peña del Pando 2.179m.
·
Coto Mañín 2.122
m
·
El Golobar-Peña
Sestil 2.065 m
·
Valdecebollas
2.143 m. arriba el Torreón
Treinta y dos montañeros.
CLUB DE PESCA Y MONTAÑA RIVERA-PISUERGA-CERVERA DE
PISUERGA-
Dedicado a nuestra compañera y amiga que se
lesionó pero que al final no fue transcendental.
Nos acompañan los espíritus de la naturaleza, encontramos páginas de piedras apiladas, pergaminos uno sobre otros; son los libros de la naturaleza que el agua y el viento han escrito y ellos solo saben sus secretos.
TRAVESÍA PEÑA LABRA A VALDECEBOLLAS
Como
intrépidos e ilusionados montañeros de las alturas, afrontamos el reto de esta
travesía. Queremos recorrer el cinturón de montañas que nos hemos propuesto.
Somos conscientes de algunas dificultades, pero sabemos que seremos compensados
por las grandes satisfacciones que trasmite el paisaje de la montaña.
Es una mañana de julio. La luz
transparente del día nos permite caminar con
ese ensueño que nos da la naturaleza. Somos amigos arrastrados por el
espíritu del campo, del deporte, del ocio, de la diversión. Hemos iniciado la
marcha por el camino que parte del pueblecito de Piedrasluengas y que nos
permite ascender sin grandes dificultades. Hay una calma única, sólo percibimos
las ramas de las escobas amarillas movidas por el viento imperceptible.
Huele a
bosque de verano. En el silencio, sólo roto por las amenas conversaciones entre
los montañeros, ya se comienza a oír el
jadear y el resoplo del esfuerzo. Agarrados a los bastones, con nuestras
mochilas, nuestras viandas, las cabezas protegidas por las gorras, vamos
avanzando y vemos como la fortaleza del Peñalabra nos observa, nos espera. El pico de Peñalabra es altivo y misterioso,
cambia de forma conforme te aproximas. Mientras tanto, entre pequeñas nubes
rasgadas por el viento, contemplamos vista atrás al atractivo, desafiante y puntiagudo
pico Montebismo.
Hemos
alcanzado la cima del Peñalabra, hemos necesitado tocar su roca, su aglomerado,
agarrarlo, recibir su fuerza. Paramos, queremos retener en nuestra retina esta
belleza. Observamos el paisaje de la lejanía, pero una canícula fina borra el
horizonte de los Picos de Europa.
Cumbreamos, pasamos
por encima, por debajo de las rocas del Pico Tres mares. Ya corre un aire
fresco y agradable. Ascendemos al collado de los Asnos por hierba cervuna, a
veces húmeda, traicionera y engañosa que hizo resbalar a más de uno, pero sin
consecuencias que tengamos que lamentar. Nos hemos ayudado en el paso de las
rocas para alcanzar el collado y aquí provechamos para el tentempié.
Nos
acompañan los espíritus de la naturaleza, encontramos páginas de piedras apiladas,
pergaminos uno sobre otros; son los libros de la naturaleza que el agua y el
viento han escrito y ellos solo saben sus secretos.
De nuevo nos
reagrupamos en el Cuchillón. Un vistazo al horizonte, la foto de rigor y
continuamos el camino.
Pasamos por
encima de Fuente Cobre, la cueva del nacimiento del Pisuerga. A la izquierda y
arriba el sumidero del Sel de la Fuente. Somos partícipes de las tres vertientes. Es la sierra de Hijar Es un paraje entrañable, praderas con
sus caballos, abajo rincones ocultos del gran bosque. Recordamos la pasada
fiesta de la Mojonera que la celebran cada nueve años, mientras tanto, algunos
buitres vuelan bajos, muy bajos.
Ascendemos a
la última colina cubierta de hierba, no hay árboles, y aquí comemos con ilusión
contemplando el paisaje.
De nuevo nos reagrupamos en el Cuchillón. Un vistazo al horizonte, la foto de rigor y continuamos el camino.
Mientras tanto, entre pequeñas nubes rasgadas por el viento, contemplamos vista atrás al atractivo, desafiante y puntiagudo pico Montebismo.
Hemos iniciado la marcha por el camino que parte del pueblecito de Piedrasluengas y que nos permite ascender sin grandes dificultades.
Hemos iniciado la marcha por el camino que parte del pueblecito de Piedrasluengas y que nos permite ascender sin grandes dificultades.
Somos amigos arrastrados por el espíritu del campo, del deporte, del ocio, de la diversión. Atrás el atractivo, desafiante y puntiagudo Pico Montebismo.
Hay una calma única, sólo percibimos las ramas de las escobas amarillas movidas por el viento imperceptible.
vamos avanzando y vemos como la fortaleza del Peñalabra nos observa, nos espera.
El pico de Peñalabra es altivo y misterioso, cambia de forma conforme te aproximas.
Huele a bosque de verano
Hemos alcanzado la cima del Peñalabra, hemos necesitado tocar su roca, su aglomerado, agarrarlo, recibir su fuerza.
Mientras tanto, entre pequeñas nubes rasgadas por el viento, contemplamos vista atrás al atractivo, desafiante y puntiagudo pico Montebismo.
La cruz del Peñalabra
En el punto geodésico del Peñalabra
Paramos, queremos retener en nuestra retina esta belleza.
Ya corre un aire fresco y agradable.
Un buen lugar de espera y de descanso.
Ascendemos al collado de los Asnos por hierba cervuna, a veces húmeda, traicionera y engañosa que hizo resbalar a más de uno, pero sin consecuencias que tengamos que lamentar.
Nos hemos ayudado en el paso de las rocas para alcanzar el collado y aquí provechamos para el tentempié.
Nos hemos ayudado en el paso de las rocas para alcanzar el Cuchillón
Agrupación y espera
Bajada a la vertiente palentina.
Procuramos asentar nuestros pies con seguridad y fuerza
Y los chicos tan felices en este paraje tan idílico.
Y ella avanza, y sigue avanzando entre la hierba cervuna.
Al fondo hemos dejado Peñalabra
Pasamos por encima de Fuente Cobre, la cueva del nacimiento del Pisuerga. A la izquierda y arriba el sumidero del Sel de la Fuente. Somos partícipes de las tres vertientes. Es la sierra de Hijar Es un paraje entrañable, praderas con sus caballos, abajo rincones ocultos del gran bosque. Recordamos la pasada fiesta de la Mojonera que la celebran cada nueve años,
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