(Siempre
que regresas a la montaña sientes y encuentras algo diferente e interesante por pequeño
que sea)
“Sensaciones en la cima”
20 de agosto 2013
·
La primera vez que subimos por la cara sur y se
disfruta de un paisaje fantástico.
·
Iniciamos la
marcha en el pueblo de CARDAÑO DE ABAJO
1.310 M. Cara sur, pedrera.
Por el camino a
tres km se encuentra un hito y se inicia el ascenso guiándote por los hitos,
encuentras la pedrera, la evitas cuando puedes y alcanzas la cima.
·
5 horas- 13 Km.
Dificultad media-alta. En invierno alta. Hay que estar un poco preparados y
antes haber ascendido a otras pequeñas cumbres.
Seis montañeros.:
Manolo, Luis, Javi, Juan y los dos Teos.
CLUB DE PESCA Y MONTAÑA RIVERA-PISUERGA-CERVERA DE
PISUERGA-
Amanece, y el sol en la primera hora de la mañana proyecta rayos de colores brillantes sobre la roca de la cumbre del Espigüete. Son piedras doradas, es el oro de este paisaje lleno de fantasía, que en breves momentos lo ha convertido el gran alquimista sol. Aprovechamos el momento para obtener fotografías doradas.
Observamos las sombras frías de las pequeñas colinas convertidas en pájaros voladores.
PICO ESPIGÜETE 2.451 M.
Amanece, y
el sol en la primera hora de la mañana proyecta rayos de colores brillantes
sobre la roca de la cumbre del Espigüete. Son piedras doradas, es el oro de
este paisaje lleno de fantasía, que en breves momentos lo ha convertido el gran
alquimista sol. Aprovechamos el momento para obtener fotografías doradas.
Contemplamos
el paisaje que vamos dejando en la lejanía. Observamos las sombras frías de las
pequeñas colinas convertidas en pájaros voladores. Disfrutamos de los
diferentes bosques, que desde lo alto, parecen montañas acolchadas. Un efecto
de contraste simultáneo producen las aguas de los pantanos de Camporredondo y
Compuerto, así como los prados verdes iluminados.
Olvidados
del esfuerzo que supone el golpear nuestras botas sobre las piedras de “la
pedrera”, alcanzamos las rocas calizas de la cima. Y en la lejanía, aparece el
inmenso pantano de Riaño con su puente. Y girando sobre nosotros mismos, en su
plenitud, toda la montaña palentina resguardada por el fortín de los Picos de
Europa. Todo lo queremos retener en nuestra retina y nuestras cámaras
fotográficas no descansan.
En el
ascenso como en el descenso vamos recreándonos, “de manera rápida”, de la rica
y variada flora de nuestra montaña: angélicas, amargosos, sanguinarias,
valerianas, té, enebros y abajo en el bosque, robles, hayas avellanos...
Hemos
retomado el camino de regreso, y en el silencio, oímos unos cracs, unos repiqueteos, dice Manolo, son los chasquidos
de las vainas de las escobas, que por efecto de la temperatura del sol,
explotan, revientan y esparcen las semillas sobre la tierra.
¡Ah¡ se me
olvidaba. Hay unos canalillos o canaletos, que van de arriba abajo muy marcados
sobre la roca, hay quien habla de la fuerza del agua, del viento. Al parecer la
“leyenda” dice que son las huellas de las garras de los últimos osos que
ascendieron al Espigüete.
Ya nos
encontramos en la civilización y nos tomamos nuestro enriquecimiento vitamínico
en el mesón de Triollo y en el nuevo Mesón de Vidrieros cerca del Curavacas.
Todo lo queremos retener en nuestra retina y nuestras cámaras fotográficas no descansan.
Son piedras doradas, es el oro de este paisaje lleno de fantasía,
Son piedras doradas, es el oro de este paisaje lleno de fantasía,
Aprovechamos el momento para obtener fotografías doradas.
Había camiones de té en el ascenso del Espigüete.
Y las sombras convertidas en pájaros siguen volando
Evitamos la pedrera en lo que podemos
Observamos las sombras frías de las pequeñas colinas convertidas en pájaros voladores.
¡Ah¡ se me olvidaba. Hay unos canalillos o canaletos, que van de arriba abajo muy marcados sobre la roca, hay quien habla de la fuerza del agua, del viento. Al parecer la “leyenda” dice que son las huellas de las garras de los últimos osos que ascendieron al Espigüete.
Y también había margaritas.
Y poco a poco se va alcanzando la cima, ya falta menos
Ya tenemos la cumbre a nuestro alcance.
La piedra caliza del Espigüete es testigo de nuestras andanzas
Y girando sobre nosotros mismos, en su plenitud, toda la montaña palentina resguardada por el fortín de los Picos de Europa.
Y girando sobre nosotros mismos, en su plenitud, toda la montaña palentina resguardada por el fortín de los Picos de Europa.
Ya en la cumbre es un éxtasis de colores en el horizonte.
Y en la lejanía, aparece el inmenso pantano de Riaño con su puente.
Se cumbrea en la bajada
Ya nos encaminamos hacia la pedrera
Es una bajada en la que puedes ir disfrutando de un fantástico paisaje
Enebro
Amargoso
Hemos retomado el camino de regreso, y en el silencio, oímos unos cracs, unos repiqueteos, dice Manolo, son los chasquidos de las vainas de las escobas, que por efecto de la temperatura del sol, explotan, revientan y esparcen las semillas sobre la tierra.
Todo lo queremos retener en nuestra retina y nuestras cámaras fotográficas no descansan.
Son piedras doradas, es el oro de este paisaje lleno de fantasía,
Son piedras doradas, es el oro de este paisaje lleno de fantasía,
Aprovechamos el momento para obtener fotografías doradas.
Había camiones de té en el ascenso del Espigüete.
Y las sombras convertidas en pájaros siguen volando
Evitamos la pedrera en lo que podemos
Observamos las sombras frías de las pequeñas colinas convertidas en pájaros voladores.
¡Ah¡ se me olvidaba. Hay unos canalillos o canaletos, que van de arriba abajo muy marcados sobre la roca, hay quien habla de la fuerza del agua, del viento. Al parecer la “leyenda” dice que son las huellas de las garras de los últimos osos que ascendieron al Espigüete.
Y también había margaritas.
Y poco a poco se va alcanzando la cima, ya falta menos
Ya tenemos la cumbre a nuestro alcance.
La piedra caliza del Espigüete es testigo de nuestras andanzas
Y girando sobre nosotros mismos, en su plenitud, toda la montaña palentina resguardada por el fortín de los Picos de Europa.
Y girando sobre nosotros mismos, en su plenitud, toda la montaña palentina resguardada por el fortín de los Picos de Europa.
Ya en la cumbre es un éxtasis de colores en el horizonte.
Y en la lejanía, aparece el inmenso pantano de Riaño con su puente.
Se cumbrea en la bajada
Ya nos encaminamos hacia la pedrera
Es una bajada en la que puedes ir disfrutando de un fantástico paisaje
Nos arrimamos a la pared para ir más seguros e ir por la sombra.
Enebro
Amargoso
Hemos retomado el camino de regreso, y en el silencio, oímos unos cracs, unos repiqueteos, dice Manolo, son los chasquidos de las vainas de las escobas, que por efecto de la temperatura del sol, explotan, revientan y esparcen las semillas sobre la tierra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario