Fuente
Cobre
Nacimiento
del Río Pisuerga-Senda de Montaña
Montaña
Palentina
“Sensaciones en la cima”
22 de diciembre de
2015
Senda de Montaña balizada. Es circular.
Espacio natural protegido del Norte de Palencia.
Dificultad:
Media
Esta ruta la iniciamos en Cervera de
Pisuerga. Tomamos la carretera dirección Potes, pasamos San Salvador de
Cantamuda y a unos dos kilómetros cogemos el desvío a nuestra derecha y
llegamos hasta el aparcamiento que hay después de pasar Santa María de Redondo.
La ruta está señalizada con balizas y se va ascendiendo suavemente entre
robles, abedules, acebos y laderas, hasta llegar a la cueva donde nace el Río
Pisuerga.
Hicimos 15 km. Ida y vuelta, pues la
vuelta la hicimos un poco más larga por otros caminos alternativos.
Como siempre muy buena comida de degustación en el Restaurante La taba de San Salvador
Caminantes: Manolo, Luis, Alberto, Otto, Keko, Jesús y Teo.
Como siempre muy buena comida de degustación en el Restaurante La taba de San Salvador
Caminantes: Manolo, Luis, Alberto, Otto, Keko, Jesús y Teo.
Los caballos paciendo en la pradera
El blog nos permite meter solo unos segundos.
“Sensaciones”
Fuente
Cobre
Nacimiento
del Río Pisuerga-Senda de Montaña
Caminas, y sobre la tierra endurecida por la
helada, aparecen huellas de pisadas del oso pardo. Es un área osera y no nos
extraña. Las observamos y las miramos por curiosidad y nos preguntamos serán de
una hembra o de un macho. Son los cinco dedos, son las uñas de sus patas o de
sus manos las marcadas sobre la tierra. No nos inquieta esta “investigación”,
al contrario, se agradece encontrar estas pequeñas sorpresas, al igual que ese "arte" impresionista que forma el hielo en el suelo.
Ya desde el
aparcamiento nos acompaña por la senda un perro mastín que a falta de pan comía
pasas, trozos de peras y manzanas. No sabemos su nombre, es muy grande, de
pelaje tupido marrón claro, noble, cariñoso, inteligente, manso. Guarda la
fila, es silencioso y parece decir, dejadme ir con vosotros que no os voy a
molestar. Y así fue, llegamos a la cueva del nacimiento del Pisuerga y a falta
de pan comía pasas, trozos de peras y manzanas. Frente a la gruta nos sacamos
la foto de grupo y nuestro perro mastín, del que no sabemos su nombre, se pone
ufano, se sienta y mira a la cámara y parece decir: yo también quiero, si me los
permitís, estar retratado con vosotros. Y ahí quedó inmortalizado nuestro
mastín, cariñoso, noble, manso.
Y entramos a la enorme cueva
donde nace el Río Pisuerga. Sorprende su bóveda, el eco, su agradable
temperatura, el sonido del golpeo del agua.
Regresamos a través de
un paisaje espectacular, una combinación de atractivas imágenes, pequeñas
cascadas, robles, álamos, enormes acebos y encontramos “el muérdago” ese
arbusto de ramas de color verde, con el fruto en forma de baya pequeña de color
blanco, recogimos algunas ramas, ya que se les atribuye aparte de ornamentales,
poderes mágicos, curativos.
Y desde lo más alto, al
fondo, bajo un cielo azul, los picos y crestas de la montaña palentina,
Peñalabra, Tresmares, Cuchillón y los picos de Europa. Pasamos muy cerca del “Ribero
Pintado”, de los caballos paciendo en la pradera y regresamos al aparcamiento, allí quedó nuestro perro fiel del que
no supimos su nombre.
Las Peñas del Moro
Caminas, y sobre la tierra endurecida por la helada, aparecen huellas de pisadas del oso pardo. Es un área osera y no nos extraña.
Atrás, el Pico Tresmares
Al igual que ese arte impresionista en el hielo.
Ya desde el aparcamiento nos acompaña por la senda un perro mastín que a falta de pan comía pasas, trozos de peras y manzanas
Enormes acebos
Es silencioso y parece decir, dejadme ir con vosotros que no os voy a molestar.
Entramos a la enorme cueva donde nace el Río Pisuerga. Sorprende su bóveda, el eco, su agradable temperatura, el sonido del golpeo del agua
No sabemos su nombre, es muy grande, de pelaje tupido marrón claro, noble, cariñoso, inteligente, manso. Guarda la fila,
Regresamos a través de un paisaje espectacular, una combinación de atractivas imágenes,
Y desde lo más alto, al fondo, bajo un cielo azul, los picos y crestas de la montaña palentina
No sabemos su nombre, es muy grande, de pelaje tupido marrón claro, noble, cariñoso, inteligente, manso.
Encontramos “el muérdago” ese arbusto de ramas de color verde, con el fruto en forma de baya pequeña de color blanco, recogimos algunas ramas, ya que se les atribuye aparte de ornamentales, poderes mágicos, curativos.