Paisaje
de la Montaña Palentina
Alrededor
de los montes del pueblo de Resoba-
-Fuentes
Carrionas
(Siempre
que regresas a la montaña encuentras algo diferente e interesante)
“Sensaciones
en la cima”
26 de abril 2016
Una ruta sin grandes dificultades. El ascenso
paisajístico muy atractivo.
Una ruta sin grandes dificultades. El ascenso
paisajístico muy atractivo.
Salimos desde Cervera de
Pisuerga al pueblo de Resoba, donde “abandonamos” nuestros coches. Desde aquí,
tomamos la pista dirección a Milares - capilla Sixtina del oso, según Luis; a
la derecha dejamos el Alto el Cuajo y continuamos hasta las Tenadas de Resoba
-hay un roble centenario-. Ascendimos al Collado Oncellas -hay quien dice
Collado de las Doncellas- 1.514 m, giramos a la izquierda hasta subir al Alto
de Valdelamorga 1.620 m -hay una caseta de madera que debe ser para ojear la
caza y observar si hay fuego- Descendimos dejando a la derecha las Peñas de
Saruno, donde vimos en su cima a unos rebecos, y regresamos a Resoba.
La gastronomía fantástica. Comimos muy bien en el Bar Peña Escrita de
Santibáñez de Resoba, atendido por la gran profesional Ana y acompañados por
nuestros amigos Santi, Mili y Miguel.
Menú: Alubias con chorizo-Rabo de toro, postre, café y chupito.
Recorrimos 15 km
Caminantes: Manolo, Jesús, Luis, Alberto, Otto, y Teo.
En el camino, un claro rastro de huella de lobo impresa en el barro
"Olas" que chocan con violencia sobre las rocas.
A la derecha y al fondo Peña Redonda
Pico Espigüete -Quien no puede admirar esta belleza-
“Sensaciones”
Paisaje
de la Montaña Palentina
Alrededor
de los montes del pueblo de Resoba-
Sobre el Valle
Estrecho, bajo un cielo azul y una montaña grisácea, contemplas en el silencio,
la franja de niebla blanca que navega con lentitud y a la vez trasmite un
oleaje de violencia. Tranquilo, es inofensiva. Y permaneces ensimismado, abstraído,
observándola desde la distancia. Pero alguien insinúa. Mira, abre los ojos, son "olas
gigantes" en reposo que envisten y amenazan con el hundimiento de nuestra Peña
Redonda y que incomodan al Gigante Dormido. No hay temor, es una falsa alarma,
nuestra montaña sobrevivirá y el Gigante seguirá adormilado.
En el camino, un claro
rastro de huella de lobo impresa en el barro. Nuestros amigos naturistas, Luis,
Otto, Manolo, la observan, leen la pisada, la reconocen y nos confirman su
auténtica identidad. Por supuesto la argumentan. Observa, los cuatro dedos con sus
uñas afiladas, no son romas, pues serían huella de perro y las almohadillas
anchas y bien definidas.
La ruta de hoy es
sencilla, seduce y te da la posibilidad de explorar y fantasear.
Vivir y percibir la
naturaleza, compartirla con los amigos, es una satisfacción estupenda. No se
busca nada especial y siempre se encuentra algo real o ilusionante. Imágenes
que se han plasmado en el paisaje y que por simples que sean, alientan y animan.
Aquí no hay monotonía, no te aburres, te esfuerzas un poco al caminar, no hay
sensaciones de agobio y asimilas que son momentos de esparcimiento, sin prisas.
Aprovechas que la mente vaya más allá y das la posibilidad a la imaginación,
con los silencios, con los olores especiales de la naturaleza, con las formas
de las nubes, de las rocas, de las nieblas, con la espera de que broten de
nuevo las hojas de los hayas y los robles. Siempre te sientes recompensado.
Y desde el Collado de
las Oncellas contemplas un paisaje espectacular. El valle de Pineda, el Pico Bistruey,
el Lezna, el imponente Pico Curavacas y el majestuoso Pico Espigüete nevado,
que parece que quiere seguir elevándose. Y desde la cima de las Peñas de Saruno,
los rebecos no nos quitan ojo, corren, paran, se sienten seguros y nos acechan.
Atrás, habíamos dejado
el pueblo de Resoba, el Valle de Milares -bosque de robles y aceberos, capilla
Sixtina del oso, territorio de la berrea-, y el roblón centenario dentro de las
Tenadas de Resoba y la exploración de la cueva del barranco.
De nuevo me tomo “el
atrevimiento” de haceros partícipes de lo que vemos y sentimos.
Contemplación de "la tempestad"
Y la Peña Redonda soporta el ímpetu de las olas
Las tenadas de Resoba - Roble centenario-
Huella de lobo, con uñas bien afiladas,- nos informan nuestros amigos rastreadores-
Pico Espigüete
Pico Espigüete nevado, que parece que quiere seguir elevándose
Observa, son olas gigantes en reposo que envisten y amenazan con el hundimiento de nuestra Peña Redonda
Pequeño refrigerio. -Al fondo Pico Curavacas-
Al fondo Peña Redonda
-Foto Otto-
-Foto Otto-
Ciervas en las Peñas de Saruno
-Foto Otto-
A la derecha, el Pico Curavacas.
Esto es "arte moderno", muy trabajado. Sólo es contemplarlo para admirarlo- Es un trabajo de una plasticidad increíble.
Rebecos en el alto de las Peñas de Saruno
Exploración de una cueva en un barranco cerca de Resoba.
Sí, nosotros estamos dentro.
Fantástica la Peña Saruno
Como te lo montas padre!
ResponderEliminarPor supuesto, se disfruta de la naturaleza y de la gastronomía
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