CURAVACAS AGOSTO 2012- 2.524 M. MONTAÑA PALENTINA | 2012-08-21 |
CURAVACAS AGOSTO 2012 – 2.524 m.
(Por la cara sur)
19/08//2012
Partimos de Cervera a las 7 ¼ dirección Vidrieros desde donde iniciamos la marcha a las 8 ¼ Estuvimos una hora en la cima y regresamos a las 3 de la tarde
El ascenso si se está un poco preparado físicamente en este tiempo no es difícil, siempre hay que tener en cuenta el desnivel hasta alcanzar los 2.524 m. de la cima.
Montañeros: Marisol, María José y Teo,
SENSACIONES EN LA CIMA
El pájaro es un "acentor alpino" , gracias a nuestro amigo Carlos
CURAVACAS AGOSTO 2012 – 2.524 m.
(Por la cara sur)
Son las ocho y cuarto de la mañana. Corre un aire fresco, agradable. Iniciamos la marcha desde el pueblo de Vidrieros por un camino paralelo al río Cabriles entre robles, hayas, avellanos y abedules. Conforme avanzamos el sendero es más pedregoso y requiere mayor esfuerzo. Paramos por primera vez en una campa para aligerarnos de ropa y contemplar desde la distancia a su majestad el Pico Curavacas. La naturaleza ha sido generosa con estas tierras de la montaña palentina. Miramos hacia arriba, nos recreamos, parece una catedral natural de color verde oscuro, grandiosa, iluminada por los primeros rayos del sol, con sus agujas, picachos moldeados por las fuerzas de la erosión y protegida por la mano rocosa de Dios que con sus dedos apuntan al cielo azul.
Reiniciamos la marcha tratando de evitar la pedrera, nos dirigimos a la derecha, como si quisiéramos subir al pico Hospital, pero sin perder de vista a la vía del Callejón Grande. Marisol, que en días pasados había subido al Espi, marca el paso como una gran montañera y sigue los hitos entre la hierba cervuna. Mª José y yo la seguimos. La ilusión nos acompaña y el esfuerzo no nos supone gran desgaste de energía, nos parece que el Curavacas no es una montaña escarpada que implique gran dificultad, muy distinto es en la época invernal.
Por el Callejo Grande bajan otros montañeros más madrugadores, entre ellos nuestros amigos Luis, Javi y Gustavo con los que compartimos nuestras experiencias. Seguimos avanzando, a nuestra izquierda la mano rocosa de Dios; trepamos sin gran dificultad por un paso de rocas conglomeradas que nos llevan a la vista del paisaje de Pineda y pasamos a la cara norte, tres minutos más y Marisol alcanza la cumbre.
El esfuerzo, la ilusión de estar en la cima deja una profunda huella de bienestar. Estás en la cima y siempre sientes y descubres algo diferente, interesante, ya que el interés paisajístico es inigualable. Es un tesoro natural salpicado de cimas emblemáticas, como los Picos de Europa, el Espiqüete, Pico Murcia, Peña Prieta… abajo, el lago Curavacas de origen glaciar. No podemos dejar de inmortalizar en nuestras cámaras el momento mágico, hemos zarandeado al cencerro y han llegado otros montañeros del grupo de Montaña Peña Cuadrada de Igollo con los que charlamos. Nos sentimos relajados, trasportados ante este entorno privilegiado. Nos sentamos para comer nuestras viandas y mientras tanto, un pájaro se acerca, se acerca más, camina, salta, se ufana, la comunicación es simple, tengo hambre, dadme migas y podréis contemplar toda mi belleza; gorjea, es gracioso, se eleva en forma de pose, Mª José y yo le bombardeamos con nuestra cámara, su pico cónico, plumaje marrón y blanco, diría que es un tordo. Una hora en la cima y después, la trepidante bajada por la pedrera.
Gracias a la aportación de Maria José y de Carlos, todo un estudioso de los pájaros, hemos avanzado en el nombre de nuestro "pajarito". Maria José aportó que podría ser un "gorrión alpino" y Carlos nos comenta que efectivamente el gorrión alpino campa por esas alturas, pero que es un "acentor alpino", olvidamos lo del tordo que lo puse yo como un gran pardillo.
tres minutos más y Marisol alcanza la cumbre del Curavacas
Cima Curavacas 2.524 m al fondo el Espiguete
Cima Curavacas 2.524 m un cielo azul intenso
Estás en la cima y siempre sientes y descubres algo diferente, interesante, ya que el interés paisajístico es inigualable.
Los tres montañeros en la cima del Curavacas al fondo el Espigüete
El esfuerzo, la ilusión de estar en la cima deja una profunda huella de bienestar.
hemos zarandeado al cencerro
Es un tesoro natural salpicado de cimas emblemáticas, como los Picos de Europa, el Espiqüete
han llegado otros montañeros del grupo de Montaña Peña Cuadrada de Igollo con los que charlamos.
abajo, el lago Curavacas de origen glaciar.
Por el Callejo Grande
Bajada por el Callejo
Si majestad el Curavacas
Conforme avanzamos el sendero es más pedregoso y requiere mayor esfuerzo.
Reiniciamos la marcha tratando de evitar la pedrera, nos dirigimos a la derecha, como si quisiéramos subir al pico Hospital, pero sin perder de vista a la vía del Callejón Grande.
Charlamos entre la hierba cervuna. arriba llega Javi
Por el Callejo Grande bajan otros montañeros más madrugadores, entre ellos nuestros amigos Luis, Javi y Gustavo
Seguimos avanzando, a nuestra izquierda la mano rocosa de Dios
picachos moldeados por las fuerzas de la erosión y protegida por la mano rocosa de Dios que con sus dedos apuntan al cielo azul.
trepamos sin gran dificultad por un paso de rocas conglomeradas que nos llevan a la vista del paisaje de Pineda
El paso que da la vista al Valle de Pineda
Bajada trepidante por la pedrera
La naturaleza ha sido generosa con estas tierras de la montaña palentina. Miramos hacia arriba, nos recreamos, parece una catedral natural de color verde oscuro, grandiosa, iluminada por los primeros rayos del sol, con sus agujas, picachos moldeados por las fuerzas de la erosión
por un camino paralelo al río Cabriles entre robles, hayas, avellanos y abedules y cascadas
S
No hay comentarios:
Publicar un comentario