PICO EL PARDIGO 2.004 M.- MONTAÑA PALENTINA | 2012-03-29 |
PICO EL PARDIGO 2.004 M.
PAISAJE DE MONTAÑA PARADISIACO
Domingo 25/03/2012
SENSACIONES EN LA CIMA
Zona Parque Fuentes Carrionas (Palencia) ESPAÑA
Ponemos ESPAÑA en honor a los muchos visitantes a nuestro blog de los países sudamericanos, desde aquí un saludo.
Ruta fácil, desde Cervera en coche hasta el pueblo de Triollo donde iniciamos la marcha.
15 km
CLUB DE PESCA Y MONTAÑA RIVERA-PISUERGA-CERVERA DE PISUERGA-
Seis montañeros
PICO EL PARDIGO 2.004 M.
Salimos del pueblo de Triollo con la primera claridad del día. La mañana es fresca y damos nuestros primeros pasos con las manos en los bolsillos. Una roca, una figura imaginaria, un perro, un oso.
Un arroyo de agua clara acompaña al camino por donde nos acercamos a nuestra montaña, desconocemos su nombre, pero ilusiona su ascenso. No hay senda, no hay hitos, en principio hierba, después abundantes piedras, cruzamos un nevero helado y ya vemos a Gelo y Tomás que se desbocan, están en la cima, ya elevan sus brazos, nos saludan.
Descubrimos un paisaje paradisiaco, aire fresco, transparente, huele a limpio, son olores de montaña brava, es la primavera. Estar en la cima es un privilegio, hay silencio, se percibe la energía de la luz que libera el estrés de la semana, es un espacio natural auto reparador.
Consultamos el mapa de Álvaro, de frente las antiguas minas de blenda, atrás, la valleja de las Lamas, puede ser el Avellanares, no, está claro, es la cima de Pardigo, en el mapa pone Párdigo 2.004 m, muy cerca el Tejo, el Monte María, al que nos acercaremos a su cima. Sobrecoge la presencia tan cercana del Pico Espigüete, rocoso, iluminado, parece tener una fuerza invisible que invita a su ascenso, su imagen, queda gratamente gravada en nuestra retina. Las joyas naturales de la montaña palentina, están ahí, Pico Murcia, Cahurdas, Zahurdas, Peñas Malas, Peña Prieta, Hoya Contina, Pico de las Curruquillas, Curavacas, nuestra fortificación natural más espectacular, fantástico, lleno de energía, todavía con su nieve blanca, Pico Hospital, Las Huelgas.
Un cielo azul, no hay una nube, ascendemos a Peña María, contemplamos el pantano de Camporredondo, Alba de los Cardaños, aprovechamos para tomar nuestras viandas.
Descendemos con cierta tranquilidad, pero Tomás y Gelo, no andan, trotan, ya están cerca de la base, nos esperan en Triollo. La bajada es larga y no hay camino. Manolo tiene un sexto sentido para moverse por estos lugares, habla y trasmite con propiedad toda su sabiduría sobre la montaña. Dice, vamos a tomar la vereda de la venada, bajamos a la vaguada, cruzamos esa canal y entre las escobas de brezo, cogemos la senda de la magita donde nos conduce a unos prados.
Observamos el efecto óptico de la hondonada. Estamos hundidos, no vemos montaña alguna, conforme ascendemos comenzamos a ver los picachos del Curavacas, seguimos ascendiendo y el Curavacas sigue creciendo como si se elevara con nosotros, sigue engrandeciéndose cuando hemos alcanzado lo más alto de la hondonada.
Hemos disfrutado del lugar, del sol de primavera, del espacio natural incomparable. En la campera verde, en primer plano, dos caballos elegantes, uno marrón, el otro blanco, al fondo, el tremendo cordal del Curavacas.
Una roca, una figura imaginaria, un perro, un oso.
Fantástico chozo
No hay senda, no hay hitos, en principio hierba, después abundantes piedras, El Pardigo
Se va alcanzando la cima del Pardigo
Sobrecoge la presencia tan cercana del Pico Espigüete, rocoso, iluminado, de lejos Tomás y Gelo nos saludan,
ya vemos a Gelo y Tomás que se desbocan, ya están en la cima,
Curavacas, nuestra fortificación natural más espectacular, fantástico, lleno de energía, todavía con su nieve blanca
Pico Espigüete, rocoso, iluminado, parece tener una fuerza invisible que invita a su ascenso, su imagen, queda gratamente gravada en nuestra retina.
Consultamos el mapa de Álvaro, de frente las antiguas minas de blenda, atrás, la valleja de las Lamas, puede ser el Avellanares, no, está claro, es la cima de Pardigo, no había gps
Pico Espigüete, rocoso, iluminado, parece tener una fuerza invisible que invita a su ascenso, su imagen, queda gratamente gravada en nuestra retina
Hoya Contina, Pico de las Curruquillas, Curavacas, nuestra fortificación natural más espectacular, fantástico, lleno de energía
Hoya Contina, Pico de las Curruquillas, Curavacas, nuestra fortificación natural más espectacular, fantástico, lleno de energía
Gelo,contemplando el silencio
Manolo y Teo, casi tocamos el Pico Espigüete.
Un cielo azul, no hay una nube, ascendemos a Peña María, contemplamos el pantano de Camporredondo, Alba de los Cardaños, aprovechamos para tomar nuestras viandas
Espectacular descenso.
Descubrimos un paisaje paradisiaco, aire fresco, transparente, huele a limpio, son olores de montaña brava, es la primavera. Estar en la cima es un privilegio, hay silencio, se percibe la energía de la luz que libera el estrés de la semana, es un espacio natural auto reparador.
Las joyas naturales de la montaña palentina, están ahí,Espigüete, Pico Murcia, Cahurdas, Zahurdas, Peñas Malas
aprovechamos para tomar nuestras viandas en Peña Maria
Contemplando el pantano de Camporredondo
La bajada es larga y no hay camino. Manolo tiene un sexto sentido para moverse por estos lugares, habla y trasmite con propiedad toda su sabiduría sobre la montaña.
Cordal del Curavacas al fondo.
En la campera verde, en primer plano, dos caballos elegantes, uno marrón, el otro blanco, al fondo, el tremendo cordal del Curavacas.
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