OTOÑO EN LA MONTAÑA PALENTINA 2010 Y AÑO 2009 | 2010-10-28 |
SENSACIONES EN LA CIMA
Domingo 23/10/2010
MONTAÑA PALENTINA
Zona Parque Natural Fuentes Carrionas Valle estrecho, muy cerca de la Peña Redonda (Palencia) –España-
· Ruta: CERVERA, VENTANILLA, SAN MARTIN DE LOS HERREROS.
UN NUEVO OTOÑO
Todos los otoños no son iguales, siempre aparece algo que encanta. Nos hemos salido del camino, cruzamos un prado para estar más cerca de la naturaleza; las botas se hunden silenciosamente y la humedad del rocío las moja al igual que los bajos del pantalón.
Colores vivos, ocres, amarillos, verdes; se pasa entre hayedos de corteza fina azulada clara, entre robledales de piel rugosa, entre algún fresno de verde intenso, entre algún matojo de un fuerte amarillo chillón, entre algún amargoso de fruto de bolitas negras que come el oso, entre serbales de fruto anaranjado. A lo lejos, el eco del golpeo del agua sobre la roca del arroyo que hemos dejado atrás y no sé su nombre, se combina con los graznidos, chillidos de algunos pájaros, que en principio, sobresaltan. Tres corzos asustados que asustan cruzan el camino; con sus pezuñas delanteras machacan con fuerza sobre la tierra y catapultan sus patas traseras ascendiendo con suma facilidad la montaña; se esconden entre la maleza, te observan, te acechan; reanudas la marcha, te alejas, has disfrutado de esa ráfaga de saltos elegantes de estos atractivos animales. Arriba, más arriba en hilera pasan manadas de ciervos y nos sorprende que todavía se escuche la berrea.
Cielo azul claro con nubes amenazantes de lluvia; el sol se esconde, aparece de nuevo con fuerza, ilumina las hojas de los árboles y según su intensidad aparecen sus colores con diferentes tonalidades y aprovecho esos momentos para sacar mi cámara, pero la guardo de nuevo, no quiero que ahora me distraiga.
San Martín de los Herreros, escondido entre chopos amarillos, casas rurales reconstruidas, su iglesia en lo alto junto a la antigua escuela, casas de piedra, fuentes de agua fresca, clara, traída de la Fuente Deshondonada es el pueblo de donde hemos partido para contemplar y disfrutar del otoño 2010.
El cielo, ahora de gris oscuro, con un sol de fondo, unas gotas diminutas de agua caen y ante nosotros, aparece con toda su majestuosidad los siete colores del arco iris; es un medio arco completo con todas las tonalidades bien diferenciadas, las bases del medio arco se apoyan aquí cerca, sobre la espesura de los hayas y los robles;capricho de la naturaleza, una de las hayas es la reencarnación de una pareja humana.
Una hoja cae sobre el vacío, se balancea de un lado a otro, aún verde, el viento la arranca de la rama; en el suelo se encoge, aparece el marrón oscuro, se debilita, la tierra la envejece, se convierte en hojarasca.
Silencio sólo roto por el tintileo o tintilón de las campanas, de los cencerros de las vacas; el pequeño jato marrón claro tumbado sobre sus patas nos observa, su oreja taladrada, tiene dueño, pero es libre en la campa.
Olores del monte a tierra, a tomillo, muy atractivo es el otoño en nuestra montaña palentina.
Contraluz otoñal
San Martín de los Herreros, escondido entre chopos amarillos
Una hoja cae sobre el vacío, se balancea de un lado a otro, aún verde, el viento la arranca de la rama; en el suelo se encoge, aparece el marrón oscuro, se debilita, la tierra la envejece, se convierte en hojarasca.
Arriba, más arriba en hilera pasan manadas de ciervos y nos sorprende que todavía se escuche la berrea
El cielo, ahora de gris oscuro, con un sol de fondo, unas gotas diminutas de agua caen y ante nosotros, aparece con toda su majestuosidad los siete colores del arco iris; es un medio arco completo con todas las tonalidades bien diferenciadas, las bases del medio arco se apoyan aquí cerca, sobre la espesura de los hayas y los robles
Una hoja cae sobre el vacío, se balancea de un lado a otro, aún verde, el viento la arranca de la rama
entre algún matojo de un fuerte amarillo chillón
Colores vivos, ocres, amarillos, verdes; se pasa entre hayedos de corteza fina azulada clara, entre robledales de piel rugosa
entre serbales de fruto anaranjado
Colores otoñales, de las hayas, de los robles, de los matojos
El cielo, ahora de gris oscuro, con un sol de fondo, unas gotas diminutas de agua caen y ante nosotros, aparece con toda su majestuosidad los siete colores del arco iris; es un medio arco completo con todas las tonalidades bien diferenciadas, las bases del medio arco se apoyan aquí cerca, sobre la espesura de los hayas y los roble
capricho de la naturaleza, una de las hayas es la reencarnación de una pareja humana.
el pequeño jato marrón claro tumbado sobre sus patas nos observa, su oreja taladrada, tiene dueño, pero es libre en la campa.
San Martin de los Herreros, la iglesia, el matojo
Las hayas, el musgo, la luz, las hojas
El tejo humano abstracto
sensaciones en la cima
SENSACIONES EN LA CIMA
Otoño en la montaña palentina
Parque Natural Fuentes Carrionas (Palencia) España
18/10/09 DOMINGO
SI QUIERES VER TODOS LOS TEMAS DEL BLOG PINCHA AQUI
Otoño en la montaña palentina
El bosque otoñal en la montaña palentina está lleno de magia.
El agua abundante de los arroyos avanza, golpea sobre las rocas, crea un paisaje sonoro; el chasquido de las hojas rotas de nuestras pisadas, el revoleteo y canto de gorriones y jilgueros, elabora una vibrante melodía, la oyes si quieres escucharla.
El color del fruto del serbal cautiva, anaranjado, rojo pálido entre las hojas verdes
Robles, bellotas, hayas, hayucos, el camino serpentea escondido entre las hojas secas, algunas verdes, amarillas, sin rumbo son llevadas por el viento.
Bosque salvaje, espectáculo vibrante de la berrea, los ciervos entran en celo, sus bramidos, el golpeo de sus cornamentas, llenan el silencio de las noches y amaneceres de nuestros parajes.
Brezos, helechos, avellanos, acebos; acebo, nuestro arbusto sagrado de hojas espinosas brillantes de verde oscuro, púas afiladas le protegen, fruto rojo.
La luminosidad de los rayos del sol sobre los colores de las hojas de los hayas, de los robles, de los chopos colocados en rigurosa línea, color ocre amarillento, invita a soñar despiertos, aurea extensa transparente, atenuado solo por el verde intenso del tejo milenario de baya roja.
Naturaleza viva, el verde rabioso del musgo abraza al haya junto a suelo, abraza a la piedra sola, no hace falta brújula, el sur está indicado por el musgo.
Haya anciana, encorvada por el tiempo, sostenida, protegida por sus retoños, en el silencio, alarga su vida.
Helechos secos, decrépitos bajo las encinas, éstas, vigorosas, duraderas, eternas.
Al sonido de nuestros pasos, la perdiz levanta, su aleteo bullicioso, asustada que asusta, ruido de hélices de helicóptero.
Tronco roto, negro oscuro, agujereado por la carcoma, sin ramas, tendido sobre las hojas secas, olvidado, una seta aprovecha de su abandono, de su desnudez, muerte lenta, descortezado, arrugado.
Nuestra marcha, bajo un cielo azul, los rayos de sol sobre las hojas rojas del roble, del haya, su aurea; el serbal cautiva, el musgo abraza, las encinas son eternas, el tejo es único, el aleteo bullicioso de la perdiz, el golpeo de la cornamenta de los rebecos rompe el silencio de la noche y los amaneceres, a veces una suave lluvia nos acompaña, los hayucos en el suelo, el olor suave del orégano, esta es la magia de nuestra montaña palentina.
un paisaje sonoro; el chasquido de las hojas rotas de nuestras pisadas, el revoleteo y canto de gorriones y jilgueros, elabora una vibrante melodía, la oyes si quieres escucharla.
La luminosidad de los rayos del sol sobre los colores de las hojas de los hayas, de los robles, de los chopos colocados en rigurosa línea, color ocre amarillento, invita a soñar despiertos, aurea extensa transparente, atenuado solo por el verde intenso del tejo milenario de baya roja.
Nuestra marcha, bajo un cielo azul, los rayos de sol sobre las hojas rojas del roble, del haya, su aurea; el serbal cautiva, el musgo abraza, las encinas son eternas, el tejo es único, el aleteo bullicioso de la perdiz, el golpeo de la cornamenta de los rebecos rompe el silencio de la noche y los amaneceres, a veces una suave lluvia nos acompaña, los hayucos en el suelo, el olor suave del orégano, esta es la magia de nuestra montaña palentina.
Tronco roto, negro oscuro, agujereado por la carcoma, sin ramas, tendido sobre las hojas secas, olvidado, una seta aprovecha de su abandono, de su desnudez, muerte lenta, descortezado, arrugado
Tronco roto, negro oscuro, agujereado por la carcoma, sin ramas, tendido sobre las hojas secas, olvidado, una seta aprovecha de su abandono, de su desnudez, muerte lenta, descortezado, arrugado
Naturaleza viva, el verde rabioso del musgo abraza al haya junto a suelo, abraza a la piedra sola, no hace falta brújula, el sur está indicado por el musgo.
Naturaleza viva, el verde rabioso del musgo abraza al haya junto a suelo, abraza a la piedra sola.
los chopos colocados en rigurosa línea, color ocre amarillento, invita a soñar despiertos, aurea extensa transparente
Helechos secos, decrépitos bajo las encinas, éstas, vigorosas, duraderas, eternas.
El color del fruto del serbal cautiva, anaranjado, rojo pálido entre las hojas verdes
Haya anciana, encorvada por el tiempo, sostenida, protegida por sus retoños, en el silencio, alarga su vida.
Colores, colores otoñales
Otoño bucólico, luz, color, armonia
Agua, molino, color, fuente de vida
el camino serpentea escondido entre las hojas secas, algunas verdes, amarillas, sin rumbo son llevadas por el viento.
acebo, nuestro arbusto sagrado de hojas espinosas brillantes de verde oscuro, púas afiladas le protegen, fruto rojo.
la seta, el agua, la hoja, el otoño
hojas secas, otoño, algunas llevadas por el viento
Amanecer otoñal, donde?
Senda de Ursi
Senda de Ursi
No hay comentarios:
Publicar un comentario