Santoña, Monte Buciero 367.m, cantábrico, nuestras primeras playas Montaña Palentina | 2011-06-04 |
(El Cantábrico, nuestras primeras playas de la Montaña Palentina)
Sábado 28/04-11
SENSACIONES EN LA CIMA
MONTAÑA PALENTINA
Zona Parque Natural Fuentes Carrionas CERVERA DE PISUERGA (Palencia) ESPAÑA
Ponemos ESPAÑA en honor a los muchos visitantes a nuestro blog de los países sudamericanos, desde aquí un saludo.
RUTA CIRCULAR
· Santoña
· Salida zona del embarcadero, junto al Fuerte San Martín.
· Bajada y subida al Faro del Caballo,760 escalones
· Playa de Berría
· Penal el Dueso
· 11 km
· Poca dificultad, senderismo
CLUB DE PESCA Y MONTAÑA RIVERA-PISUERGA-CERVERA DE PISUERGA-
Otto, Maripaz, María José y Teo
MONTE BUCIERO 367 M.
Encinas, faros y acantilados
Comenzamos la ruta; la fortaleza de San Martín reconvertida en Escuela taller de Santoña, una pequeña escalinata, asfalto, camino de tierra y piedra, encinas, laureles, acebos, hayas y avellanos, constantes contrastes de tonalidades, un reluciente sol y las sombras de la copiosa vegetación nos acompañan.
Hemos alcanzado cierta altura, acantilados rocosos y escarpados, azules aguas verdes, el Monte Buciero muy verde, el cielo azul, un velero blanco, la mar en calma; en el horizonte, en medio de una suave neblina, el pueblo de Laredo.
Encontramos un cruce de dos caminos, tomamos el de la derecha que conduce al Faro del Caballo, esperamos y deseamos que los antiguos reclusos del Dueso se hayan esmerado en hacer los escalones que conducen al faro. Iniciamos el descenso, no contamos, pero dicen que son 760 escaleritas que hay que bajar y hay que subir; banzos de piedra con cierta inclinación, un cable lateral a lo largo del camino sirve de seguridad; desde lo alto, el mar verde azul brillante y el blanco de las olas sobre el acantilado; seguimos bajando y disfrutando; una pareja joven deportista corren con la máxima celeridad, les dejamos paso, ya han subido y bajado dos veces. Seguimos bajando escoltados por muros naturales, parece como si se hubiera cortado la roca granítica con un cuchillo, hay tramos en los que no hay pared de protección.
En un paradisiaco acantilado, sobre un peñasco junto al mar, el Faro del Caballo; es pequeño, coqueto, redondo, no muy alto; una escalera interna acaracolada conduce hasta su atalaya donde sopla con fuerza el viento. Muy cerca, entre colores turquesa, sobre una pequeña roca en la que el agua se vuelve blanca y espumosa por el fuerte golpeo de las olas, cuatro cormoranes grandes que después de apiporrarse de peces que capturan con facilidad, descansan tranquilamente estirando sus alas para secarlas; dice Otto, que el cormorán es el enemigo número uno de nuestros ríos haciendo desaparecer la mayoría de nuestras truchas, no le queremos en nuestros ríos. Hemos subido todas las escaleras, nos sentimos triunfantes; en el medio del camino una pareja simpática enamorados, nos sacan fotos y les devolvemos la gracia inmortalizando el paisaje donde, por supuesto, el hombre es el protagonista. Tomamos una senda de tierra, las encinas nos dan sombra, pero, a través de sus ramas, una luminosa luz azul cielo mar aparece al fondo; bajamos al Faro del Pescador y a través de una carretera asfaltada subimos a lo más alto y contemplamos la playa de Berria y vemos como sus olas blancas rotas avanzan unas tras otras sobre la arena. Hemos advertido como unas cabras pastan tranquilamente con vistas al mar; bordeamos el penal del Dueso, dejamos a un lado los altos muros alambrados anti fuga; aparecen las marismas, Santoña, su particular fiesta andaluza, con sus elegantes y coloridos vestidos, con sus caballos; ricas sardinas asadas, exquisitos helados Regma y sus cómodas tumbonas del puerto.
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camino de tierra y piedra, encinas, laureles, acebos, hayas y avellanos, constantes contrastes de tonalidades, un reluciente sol y las sombras de la copiosa vegetación nos acompañan.
deseamos que los antiguos reclusos del Dueso se hayan esmerado en hacer los escalones que conducen al faro. Iniciamos el descenso, no contamos, pero dicen que son 760 escaleritas que hay que bajar y hay que subir;
Escaleritas, 760
En un paradisiaco acantilado, sobre un peñasco junto al mar, el Faro del Caballo; es pequeño, coqueto, redondo, no muy alto; una escalera interna acaracolada conduce hasta su atalaya donde sopla con fuerza el viento
Hemos alcanzado cierta altura, acantilados rocosos y escarpados, azules aguas verdes,
Tomamos una senda de tierra, las encinas nos dan sombra, pero, a través de sus ramas, una luminosa luz azul cielo mar
Seguimos bajando, disfrutando del día y el paisaje
bordeamos el penal del Dueso, dejamos a un lado los altos muros alambrados anti fuga; aparecen las marismas
Amigos fotógrafos
Foto de Otto, precioso velero en medio del mar en calma
Foto de Otto bajando al Faro del Caballo
Foto de Otto - flor plasiflora
Playa de Berria -Foto de Otto
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